«A mí no me gusta cazar, pero es legal; no que no es legal es cazar comisiones en las obras públicas y espiar a compañeros», así respondía el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ante el ataque del Partido Popular a Bermejo, en la sesión de control al gobierno del pleno del Congreso. Un frente está abierto y no deja espacio para otros temas de debate político que también interesan a la opinión pública; y parece que no va a cerrarse próximamente.
El PP no cesa en sus acusaciones hacia el Partido Socialista, de orquestar una conspiración en contra del partido de la oposición en su intento por desprestigiar a los populares, precisamente ahora que se acercan las elecciones al Parlamento Vasco y las gallegas. Zapatero responde diciendo que «el PP no se preocupa por los problemas de los españoles, sino por sus problemas que no puede o no sabe resolver».
Desde el PP se pide el cese del ministro de justicia por la polémica sembrada desde que salió a la luz que Bermejo acudió a dos cacerías con el juez Garzón. Zapatero contesta pidiendo a los populares que confíen en «la fortaleza del Estado de Derecho» que «funciona y es capaz de mantener la plena independencia de los jueces».
Y de esta manera, unos a otros se pasan la culpa. Mientras, aterrizando en la vida real, tenemos la primera huelga de jueces celebrada en la historia de España y secundada por casi un 70% de los profesionales del ámbito judicial; y miles de españoles a los que se les retrasan trámites que no pueden esperar. Pero, parece no importar demasiado y tanto el PP como el PSOE se dedican a cazar «gamusinos»; que no les sorprenda luego a nuestros políticos que el sistema judicial suspenda con 3,7% (según el último barómetro del CIS), especialmente, por cuestiones de lentitud.