“El mundo ha cambiado y debemos cambiar con él” dice Obama, y lleva razón. No es que ese cambio al que tanta alusión se está haciendo desde que Barack Obama comenzara la carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos se haya producido ahora, de repente, sino que el cambio es una constante en nuestras vidas porque el ser humano evoluciona; pero hoy, aquí y ahora, estamos siendo más que nunca conscientes del mismo y la revolución tecnológica ha jugado un papel primordial. De hecho, yo diría que es el principal factor para el cambio.
El nuevo presidente estadounidense abarca muchas ideas con esta frase que se escapan más allá de la mera política o de que un presidente negro vaya a ocupar la Casa Blanca, qué paradoja por otro lado. El cambio habla de las nuevas formas de comunicarnos que avanzan a la velocidad de la luz y que han visto su máximo esplendor en el fenómeno Obama o al menos su máxima representatividad. Así hemos sido testigos de cómo Internet copa nuestras vidas y de las infinitas posibilidades que se abren ante nuestros ojos.
Gracias a Internet podemos cruzar barreras temporales y espaciales que hasta ahora eran infranqueables. Es un espacio aún por explotar pero que a día de hoy, ya nos ofrece multiplicidad de vías y caminos que podemos recorrer. Pero esta diversidad, esta pluralidad de opciones también nos inquieta, nos genera incertidumbre porque nos asustan las cosas que se escapan a nuestro control, es una cualidad innata al ser humano, en palabras de Lyman L. Bryson: “Nos sentimos inquietos debido al cambio incesante, pero nos sentiríamos aterrados si el cambio se detuviera por completo”, y así es, porque en el fondo, es esa inquietud la que nos hace sentir vivos, la genera expectativas y la que hace al mismo tiempo que queramos seguir avanzando, continuar cambiando.
Facebook, Tuenti, Twitter, Blip.fm, Youtube, Google, Wikipedia, etc., y multiplicidad de herramientas que hacen posible que intercambiemos todo tipo de información con personas que estén en casi cualquier punto del planeta. Herramientas que han hecho posible que el fenómeno Obama se extendiera como la pólvora, y sin quitarle méritos al ya presidente de los Estados Unidos, me atrevería a decir que herramientas que han hecho posible que Barack haya puesto su mano derecha sobre la Biblia de Lincoln.
No es que las redes sociales sean milagrosas, como Facebook que es en este caso la que más ha contribuido a la prosperidad de la campaña, pero generan una vinculación entre los “ciudadanos del mundo” y estrecha lazos que producen una empatía tal capaz de mover montañas. La facilidad de la Web 2.0 para aliarse hace que las personas se vinculen de manera más comprometida a los movimientos sociales, creando sentimientos de pertenencia más fuertes; esto a su vez lleva a la acción y la acción genera más comunicación, y la comunicación hoy en día incluye a Internet como parte fundamental para su eficacia, especialmente en las campañas políticas; y llegamos otra vez a las redes sociales…la pescadilla que se muerde la cola; un círculo que se autoalimenta en sí mismo.
Hasta España se ha subido al carro de las redes sociales como estrategia política para sus campañas electorales. Y es que, cada uno a su ritmo, todos vamos cambiando. No hay más que ver a los candidatos para las elecciones al Parlamento Vasco de marzo de 2009, que aunque, a pequeña escala, siguen los pasos de Obama en el uso de redes como facebook o youtube y uno en concreto, como es Patxi López, líder del PSE, ha copiado incluso algunos frames como “cambio”, para generar ese sentimiento de esperanza que muchos ciudadanos querrían para El País Vasco. Pero, ¿habría sido igual de no existir Internet? ¿Nos habríamos visto tan influenciados por la campaña estadounidense tan sólo con los medios tradicionales?
Si bien habría tenido impacto, obviamente la influencia habría sido menor, pero el seguimiento de todo lo que ha acontecido en USA ha sido mucho más completo que en campañas anteriores, desde lo más complejo a lo más simple, detalle a detalle, accesible para todos. Dice José Ignacio Bel Mallén, director de comunicación del IESE en Madrid que “todo lo podemos encontrar en Internet”; yo no diría todo, pero sí casi todo. Y tiempo al tiempo.
Mientras tanto, para lo que sí está en Internet, pueden consultar estos enlaces si quieren saber más sobre Obama y las redes sociales:
"Abriendo comillas" 